
Y finalmente ocurrió. Una de las pesadillas que he tenido más veces durante el tiempo que llevo como delegado del primer equipo del C.B. Girona se ha hecho realidad esta mañana: todo el equipo esperando un bus que nunca llegó. Eran las 04.45h y el despertador de mi teléfono ha sonado en la habitación 520 del Best Western Business, un pequeño hotel de tres estrellas de Charleroi. Después de llamar a todas las habitaciones para despertar a mis compañeros de equipo he bajado al hall para cargar la maleta en el bus. El conductor y su correspondiente autocar debían de estar delante del hotel a las 05.00h, pero… a las 05.20h aún no había aparecido nadie. En la calle no se veía ni una alma (el frio no ayudaba), pero la entrada del hotel estaba repleta de gente del equipo y yo me empezaba a poner nervioso.
Finalmente no dudé ni un instante más y me decanté por la opción de los taxis. Empezaron a llegar de uno en uno, con pausa y sin prisa. Éramos 24, con unas 30 maletas, ya que una delegación compuesta por la totalidad del departamento de márketing de nuestro club (Roger, Jaume, Raquel y Galdric) vivieron también “in situ” la victoria contra el Spirou. Yo seguía llamando a los teléfonos de contacto que tenía del equipo belga, pero nada de nada. Supongo que ellos no tenían pesadillas y estaban durmiendo tranquilamente. En estos momentos ya estoy sentando en mi despacho del club y casi cinco horas después aún no he recibido noticia ni disculpa alguna. ¡Chapeau! Suerte que la distancia entre el hotel y el aeropuerto no era superior a 10 minutos en taxi. Los 17 euros por taxi y trayecto no son nada comparados con lo que hubiera supuesto tener que ir hasta el aeropuerto de Bruselas. La broma nos hubiera costado más de 1.000 euros. Toda la gestión del dinero en metálico a esas horas…. Bufff. No me lo imagino.
La sonrisa se apoderaba del rostro de Arriel cuando entramos en el Spiroudome el lunes por la noche para entrenar. Su primer equipo en Europa después de salir de la Universidad de Minnesota fue el Castors Braine de la pequeña localidad de Waterloo, y su primer partido, en Charleroi. Atrás había dejado su etapa de “college” , compartiendo vestuario con Golden Gophers como Voshon Lenard o el exGirona John Thomas. Fue el primer paso de una prolífica carrera europea.
Tener un vuelo directo Girona-Charleroi es una maravilla, aunque debido a que es una compañía low cost te obliga a pagar un importante peaje en lo que se refiere al sobrepeso. Conseguir prioridad de embarque para pillar todas las salidas de emergencia también es esencial. Todo esto compensa el evitar desplazarte a Barcelona, aunque tengas que madrugar, como hemos hecho hoy. Seguro que durante la temporada aprovecharemos algún otro trayecto de bajo coste desde Girona, sea a Granada, Madrid o algún otro rival europeo.
La estancia en los hoteles franceses o belgas siempre siguen el mismo patrón. Parece que estés en un albergue y nunca se mantienen en tu memoria histórica por la calidad de sus servicios. Es lo que hay, pero aún nos queda ir en esta primera ronda de la ULEB Cup a Vrsac (Serbia), Plioesti (Rumania) y Groningen (Holanda). No espero que sean mucho mejores. Hoy por la mañana se repetían las mismas caras de sueño que el último desplazamiento a Istambul. Hay desde el jugador que lleva los cascos del Ipod a todo trapo aislado del mundo exterior, pasando por el que está absolutamente dormido y ausente, hasta el que hace la típica y clásica broma apuntando todos los problemas de la logística a la misma figura: la mía (qué bonito sería depender sólo de mí y no de otras personas).
PD I: Junto a la ajustada victoria lo mejor del viaje fue cobrar los 12 euros que me debía Eric Struelens de una Liga Privada del Supermanager que organizé la temporada 04/05 (al menos me pagó 8 de intereses). Ahora me toca cobrar las deudas de la que organizé la 05/06. Perdí unos 90 euros por impago de unos morosos. En definitiva, sin comentarios.
PD II: Entre el viaje de Istambul y el de Charleroi hemos hecho dos desplazamientos más, pero sin movernos de Catalunya (Manresa y Badalona). Siento no haber colgado nada. Lo más destacable, la coincidencia en el mismo hotel de Barcelona con el equipo de futbol del Recreativo de Huelva. Cuando algunos miembros de mi equipo decidieron bajar al hall para ver ACB en la TV (Polaris – Real Madrid) y cuando ya estaban situados en las butacas les echaron porque algunos familiares de jugadores del Recre querían ver a los suyos en el Camp Nou (¡pues que hubiesen ido al campo!). Feo.