
Los jugadores cambian, Huffmann, Jasikevicius, Parker, Solomon, Bynum, Morris... cada uno de su padre y de su madre.
Los entrenadores también cambian, y si la marcha de Gershon parecía irrecuperable, un año de Spahija plagado de injusticia mediática dio paso a un notición -la vuelta de Katash- y más tarde a un trabajo muy serio llevado a cabo por Zvi Sherf.
Pero lo de este verano puede dar un vuelco a la estructura del Maccabi.
Están siendo meses duros, la falta de pujanza económica está plagando de malas noticias los diarios deportivos de Tel Aviv.
Primero fue la marcha de Vujcic, al que despidieron como a un hijo al que ya no podían mantener. Después Morris se ha ido al CSKA para hacer más fuerte al rival más poderoso, uno de los jugadores clave como Bynum se marcha para jugar en Lega, y los rumores sobre la vuelta de Saras ya no se los cree nadie.
Para colmo de males se fijan en Erazem Lorbek, le hacen una oferta por tres años... y al final también se lo lleva el CSKA.
Y ahora Moni Fanan, el estandarte, el padre de todos los jugadores (¡hasta su hijo formó parte de la primera plantilla en los años buenos!), el calvo que siempre aparecía en el banquillo macabeo, el general manager, el jefe de todo esto (o de todo aquello).. Moni Fanan se retira.
Deja su cargo al que fuera capitán del equipo en el inicio de la última etapa gloriosa, a Gur Shelef. Un jugador que se caracterizaba por su inteligencia sobre la pista y que ahora deberá ganar experiencia sabiendo tratar a la gente para llevar con mimo una entidad tan compleja como la amarilla.
En fin, Moni se casó por segunda vez hace poco, invitó a todos los jugadores que han representado al Maccabi... se especuló con que su boda podría utilizarses como cebo para capturar a Saras... una historia bonita a la que sólo le faltó el viso de realidad que la convirtiera en noticia. Y probablemente en ese momento fue cuando Fanan lo decidió. Adiós a su puesto en el Maccabi, hola a su nueva vida.