
En estos dos años apartado de las canchas Kaspars no ha perdido el tiempo. Otro deporte, el boxeo, le ha permitido tener una motivación y concentración suficientes para trabajar su cuerpo y no dejarse llevar.
Ahora, con 15 kilos menos de peso, la ciudad de Las Vegas puesta a sus pies (bueno, esto es una licencia, igual no es para tanto, pero es un púgil reconocido) y muchas ganas por volver, Kaspars volverá a pisar el parquet.
De momento, se reunirá con su selección para entrenar con ellos, recuperar sensaciones y volver a afinar su infalible tiro corto. Después... ya se verá, pero seguramente este "angelito" se convertirá en el regalo de navidad de algún equipo de los fuertes.